viernes, 27 de diciembre de 2013

Prólogo: la mariposa


Finalmente hoy, después de tanto tiempo, decidí que era el gran día para que Pascualina sea libre. Así que aquí está ella, en tinta y colores, pero también en letras y párrafos, esperando nuevos lectores que la acompañen en su aventura. 
¡Adelante! Y gracias por leer...



“Todo viajero sabe que las estrellas son la luz que lleva a buen destino.”


Laura Gallego García, “El coleccionista de relojes extraordinarios”



Historieta:






Novela: 

Pascualina miró por la ventanilla. Afuera, el campo parecía interminable, extendiéndose hasta el horizonte. Algunos árboles se animaban a asomarse de las arboledas salvajes, aunque no se alejaban tanto del mundo que conocían, como lo habíamos hecho nosotros.
-Te divertirás mucho más que en casa, viéndome planchar el resto del día. ¡Tengo mucho para planchar!- decía mamá.
-¡Estarás con tus amigos!- insistía papá.
Eran fastidiosos; la niña se cansaba de sus insistencias. Quería ir, porque le encantaba el campo; a diferencia de la ciudad, era un lugar rebosante de naturaleza. Sus padres no tomaban vacaciones: había muchas otras cosas más importantes por pagar, no podían permitirse ese lujo.
Pero el problema eran sus compañeros. Junto a ellos, se sentía más sola aún que en su hogar.
-¡Ey, Pascualina!- le gritó un niño desde el asiento de atrás.- ¿dónde está tu otra tapa? ¡Tu otra tapa para armar la tarta! Pas-cua-li-na.
Pascualina se mordió el labio inferior, evitando la mirada burlona de su compañero. Por culpa de su papá, el resto de su vida estaba castigada a lidiar con todo tipo de bromas respecto a su nombre. Después de sus experiencias con los chicos de su grado, decidió que la apodasen Lina. Era tanta la resignación a su nombre que, desde hacía un año, se presentaba así; le parecía más bonito, y lo mejor de todo: no dejaba espacio a las burlas.
Yo estaba junto a ella, ocupando parte de su asiento y el contiguo, imitando cada uno de sus movimientos. Soy una sombra. Llevo tanto tiempo en el mundo que desconozco mi propio tiempo, pero nunca olvido a quienes acompaño. Las sombras no somos más que fantasmas de la persona que se nos es designada, es decir, de nuestro reflejo. Estamos condenadas al silencio, porque nadie nos escuchara, nadie nos mira. Nos olvidaron.
A pesar de todo, una sombra debe querer a su reflejo.  Y Pascualina, aquella niña que se sentaba junto a mí, no es la excepción a la regla. La observé, enojada y triste, apoyada contra la ventanilla, y sentí una inmensa pena por ella. Ella se sentía tan sola como yo, y ese sentimiento de tristeza y soledad nos unía en el silencio.
El micro escolar frenó de repente, sobresaltándonos. Pascualina tomó su mochila y la apretó con fuerza en su regazo cuando la maestra se apeó luciendo una amplia sonrisa. Casi al unísono, los alumnos se levantaron con mucha prisa.
Pascualina fue la anteúltima en salir; yo fui el último. El micro arrancó y se perdió en el camino asfaltado, dejando una humareda tras su paso.
Los árboles se erguían majestuosamente, ocultándonos del sol. Oímos el canto de las aves, e intentamos buscarlas entre el retorcido ramaje que se entrelazaba sobre nuestras cabezas, pero algo nos distrajo.
Una mariposa pasó volando a poca distancia de nosotros, desplegando sus coloridas alas, de un azul marino, en el matutino aire fresco. La niña nunca había visto una criatura como aquella. La seguimos con la mirada, cautivados por su belleza.
A lo lejos, la maestra se encaminaba con los demás alumnos al casco de la estancia, casi tan ansiosa como ellos. Nadie se percataba de que Pascualina había quedado bastante más atrás, buscando aves entre las ramas, y cautivándose por una mariposa de alas vivaces.
Pascualina miró por última vez el camino que invitaba a la estancia. De inmediato, observó la mariposa, que parecía bailar en el aire con gráciles movimientos. Se dirigía a una arboleda, unos metros hacia la dirección contraria a la que debía ir.
Entonces, tomó una decisión.






Continuará...







4 comentarios:

  1. ¡¡MUY BUENO!! Orgulloso de este inicio, y de tu decisión de compartirlo. Es increíble como cada área (ilustración y narración) tienen su propia expresión, muy diferente entre sí.
    ¡Adelante!

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  2. Hola Facu, quiero seguir leyendo!!! espero que sea pronto el segundo capítulo y como te comenté si llegas a sacar el libro digital estaría mas que encantado leérmelo y si me lo permites hasta reseñarlo en el blog.
    Te mando un abrazo enorme y hasta muy muy pronto.
    Gracias por regalarnos un fragmento de tu historia.
    P.D. Te envíe un correo, si no lo ves, puede que esté en correos no deseados.
    Cualquier detalle me dices y con gusto.
    R.

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  3. Me encantó! Quiero leer más! Gracias por tu generosidad, Facu! Cómo se nota que atrás del relato hay una base firme de lecturas. Espero más!!!!!
    Ariel

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